martes, 1 de febrero de 2011

Mundo árabe convulsionado: Poder de tres décadas


                                            Portada ElPais.com

Hoy Egipto amaneció a la espera del discurso de su presidente Hosni Mubarak en medio de  protestas que ya van por su segunda semana. Lo que muchos han llamado “día D” comenzó, como hace varios días, con la concentración de miles de manifestantes en la plaza Tahrir en centro del Cairo. Las medidas anunciadas de creación de un nuevo gobierno con reformas constitucionales no fueron suficientes. La población egipcia quiere que el régimen de Mubarak, quien ha gobernado por tres décadas, de un paso al costado y abra espacio a un cambio.
Durante el día la población manifestante continuó con su denominada “marcha del millón”. Hoy la marcha fue pacífica, quizás porque el ejército decidió no acatar el toque de queda luego de una jornada, iniciada el martes pasado, que ya tiene como resultado alrededor de 200 personas muertas.
La noche llegó, y Mubarak por fin dio su discurso. Para disgusto de la mayoría, dejó en claro que no saldrá del poder hasta las nuevas elecciones de setiembre en las que no participará. Acusó a la oposición de haber manipulado a la población y creado el caos en el país. Además manifestó que pedirá al parlamento que se revisen los artículos referentes a la reelección y los partidos políticos. Estas declaraciones no serán suficientes para calmar a una población que amenazó con seguir protestando si hoy Mubarak no dimitía.
Mientras las protestas continúen la economía interna se verá mucho más afectada. Hasta el momento se estima que las pérdidas llegan a los 8,700 millones de euros. El sector más afectado es el turismo, que representa un 11% del PBI egipcio y del cual dependen 1 de cada 8 empleos. Como es de esperar ante tal crisis política y social, la actividad comercial se ha paralizado y los precios se han disparado. Esto último agrava la situación de al menos  40% de la población que subsiste con menos de 2 euros al día.
El futuro cercano de Egipto aún es incierto; y mientras ello dure, los efectos hacia otros países comienzan a hacerse notar. El principal efecto de la crisis del país más poblado del mundo árabe en la economía mundial, se ve reflejado en el precio del petróleo; y es que aunque Egipto no es uno de los grandes productores de petróleo en el mundo, de todas maneras un eventual paro de sus petroleras impactaría en los precios internacionales.
Lo que sí es seguro es el “aparente” fin de del régimen de Mubarak, y digo aparente porque muchos analistas ven en la designación de Omar Suleiman -a quien The New York Times describe como la mano derecha de Hosni Mubarak- como vicepresidente,  un paso estratégico con el fin de una continuidad interna en el poder, según BBC Mundo.
Esperemos que la crisis egipcia sea afrontada de manera adecuada por la oposición con el objetivo que la estabilidad política, y con ella,  la económica y social regrese nuevamente y la población no se vea más afectada. Esta semana es clave en el futuro del país árabe.

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