martes, 26 de octubre de 2010

La Corrupción: Una de las peores trabas al progreso.


Hoy se publicó el Índice de Percepción de Corrupción, y como es de esperarse el ranking no nos favorece, por el contrario, muestra nuestra realidad. Este índice clasifica a los países de acuerdo a la percepción de corrupción en el sector público. Toma una escala de 0 a 10, siendo cero si el país es altamente corrupto y 10 si está “limpio”.
De acuerdo a este índice, los países menos corruptos son Dinamarca, Nueva Zelanda y Singapur, todos con un score de 9.3. El Perú se ubica en el puesto 78 de 178 países, compartiendo el lugar con países como China, Colombia y Grecia. El otro extremo lo ocupa Somalia, con un score de 1.1. Le siguen Myanmar (país del sudeste asiático) y Afganistán, ambos con un índice de 1.4. El sudamericano mejor ubicado es Chile, en el puesto 21. Por el contrario, Venezuela es percibida como el más corrupto de la región.
Como lo menciona el reporte, entre los países que han mostrado un descenso en su posición respecto del año pasado destacan aquellos más afectados por una crisis financiera que estuvo precipitada por déficits de transparencia e integridad
En resumen, lo que hace este índice es recordarnos algo que todos sabemos que es cierto. La transparencia y buen manejo de los recursos públicos es un tema que nos golpea con frecuencia. La necesidad de combatir este hecho es de vital importancia si queremos seguir avanzando y desarrollándonos como país. La corrupción en el sector público siempre será un enemigo desde el estado, que hará difícil distribuir los beneficios del crecimiento y erradicar la pobreza que enfrentan millones de personas actualmente. Es deber del estado crear mecanismos para fortalecer las buenas prácticas de gobierno en beneficio de la mayoría.

jueves, 21 de octubre de 2010

Remuneración Mínima Vital: ¿Cómo se ajusta?


Alguna vez se ha preguntado cómo es que se ajusta la Remuneración Mínima Vital (RMV) en el Perú. En particular, este precio mínimo que debe recibir una persona por haber ofertado su trabajo a una empresa en una jornada de ocho horas, en el caso de ser modificado, ¿está sujeto a una determinada metodología?

Primero veamos a que nos referimos con “Remuneración Mínima Vital”. El salario mínimo o RMV, como es denominada en el Perú, es la remuneración mínima mensual que debe recibir un trabajador por una jornada de ocho horas de trabajo. Para nuestro país, este salario toma un valor único y actualmente se encuentra en 550 nuevos soles. Con “valor único” me refiero a que este salario no toma un valor en Arequipa y otro en Lima. Por el contrario, por ley este salario es el mismo para todas las regiones; así el salario mínimo en Puno es el mismo al de Piura, Tumbes u otra región del país. Esto último nos conduce a una pregunta adicional, por qué la RMV es igual en todas las regiones si estas no tienen la misma dinámica en su actividad económica.

Esta pregunta ha generado un debate estos últimos años y hay quienes están a favor de un salario mínimo diferenciado y otros quienes están en contra por los efectos sociales que produciría esa política. Por ejemplo, cuál sería la “regla” adecuada para establecer un salario mayor en una región y uno menor en otra. Es adecuado pensar que establecer una política de salarios diferenciados por región, traería efectos sociales de por medio. Por lo tanto, ¿Qué sustenta el hecho de pensar en aplicar semejante política?

Bueno, siendo más técnicos, tendríamos que ver como se ajusta el salario mínimo actualmente. En el Perú, el Consejo Nacional del Trabajo y Promoción del Empleo (CNTPE); conformado por organizaciones sindicales, gremios empresariales y representantes del Ministerio de Trabajo, es el encargado de la política de salarios mínimos. La metodología que se aplica es la sugerida en García 2007 (“Crecimiento de la Productividad y Reajuste del Salario Mínimo”). Así, el ajuste de la remuneración mínima vital se establece en función al aumento de la productividad multifactorial y a la inflación subyacente (aquella que incluye sólo a los bienes y servicios cuyos precios son menos volátiles, descartando aquellos bienes y servicios cuyos precios difieren de la tendencia general). Esto significa que para ajustar la RMV se estima el cambio porcentual en la productividad multifactorial y se añade la inflación subyacente estimada para el periodo en el cual regiría el nuevo salario. Además hay una cláusula denominada “cláusula del gatillo”, que sirve para incrementar la RMV luego de su fijación, la cual debe ser aplicada de forma automática si la inflación subyacente efectiva resulta ser mayor a la inflación subyacente estimada, hecho que sucedió en el año 2008 pero no se puso en práctica.

De lo anterior, se puede obtener un argumento a favor de la diferenciación del salario entre regiones. De hecho, cada región difiere en productividad unas de las otras, incluso la inflación por región también es distinta. Los ajustes del salario no tienen una periodicidad regular, se había establecido que se ajustaría cada dos años, por lo que este año debía haberse ajustado el salario mínimo. Incluso como se mencionó, en el 2008 se tuvo una inflación subyacente mayor a la esperada (la tasa inflación esperada era de 4.4% y la efectiva fue de 9.3%), y por lo tanto se debió aplicar la cláusula del gatillo con lo cual la RMV debería estar en 577 nuevos soles hoy en día.

Vemos que las razones económicas, políticas y sociales del nivel y de los reajustes de la RMV son temas sujetos aún a debate y que se deben tomar en cuenta para el año que viene, ya que se espera que se dé el nuevo ajuste que debió darse a inicios de este año.