lunes, 17 de enero de 2011

Una misión absurda

Las cosas en Europa aún siguen pintadas de negro. Al parecer las políticas económicas son empujadas por lo que los mercados desean. Con el fin de satisfacer las demandas de los mercados y recuperar su confianza, las decisiones se toman de la misma forma que un padre actúa ante el llanto berrinchoso de un hijo que reacciona de distintas formas frente a una misma cosa, según le convenga.
Y es que si no se actúa de esa forma, los mercados te castigan con primas de riesgo más altos, haciendo mucho más difícil colocar deuda a tasas razonables. Eso se temía la semana pasada en Europa. Se temía que Portugal no logre obtener financiamiento a tasas que el mercado cree conveniente, felizmente Portugal lo “logró”  y colocó deuda a un costo menor al esperado. Aparentemente, los mercados se tranquilizaron luego de una semana turbulenta llena de miedos. Ni los datos macroeconómicos de Estados Unidos levantaban las bolsas Europeas.
La desconfianza llega al punto de ejercer presiones para que países como Portugal soliciten ayuda financiera del fondo de rescate. Ya lo hicieron con Irlanda que ahora, en palabras de Krugman, está luchando para evitar la quiebra. Los mercados también miran con recelo a España, y es que para estos el sólo hecho de tener la etiqueta “España” crea desconfianza hoy en día.
Para muchos la solución pasa por aumentar el fondo de rescate. Para sus defensores, ello daría una clara señal al mercado de que se tienen los medios y se va actuar de forma adecuada en caso de ser necesario; sin embargo, el principal opositor es Alemania, país de la zona euro que más ha aportado en este fondo.
Para krugman, sería necesario que Europa se convierta en una "unión de transferencias" en la que los Gobiernos y los países más fuertes proporcionen ayuda sistemáticamente a los más débiles.
No hay duda que en la actualidad la incertidumbre reina y las sombras de los problemas de deuda no se irán en mucho tiempo, mientras tanto, los mercados seguirán acusando y presionando sobre las decisiones de política económica. Lo malo es que es difícil predecir hacia donde se orientará el sentimiento de los mercados.
Como menciona Dani Rodrik hoy, los mercados parecen pensar que unos grandes déficits fiscales son la mayor amenaza para la solvencia de un Estado. Mañana pueden pensar que el verdadero problema es el escaso crecimiento y lamentar las políticas fiscales estrictas que contribuyeron a producirlo. Hoy les preocupan los gobiernos pusilánimes, incapaces de adoptar las duras medidas necesarias para abordar la crisis. Tal vez mañana pierdan el sueño por las manifestaciones de masas y los conflictos sociales que las políticas económicas duras hayan provocado...Políticas similares producen reacciones diferentes de los mercados, según cuál sea la historia predominante o la moda del momento. Ésa es la razón por la que dirigir la economía conforme a los dictados de la confianza de los mercados es una misión absurda.”

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